top of page

 

CÓMO TODO CAMBIÓ: LOS MOVIMIENTOS MAYAS

 

 

“Los pueblos indígenas hemos podido ocultar nuestra identidad porque hemos sabido resistir.”[1]

-Rigoberta Menchú

 

 

La cultura maya es víctima de la erradicación de sus lenguas e identidad por el estado mientras que es el héroe de su salvación y resistencia después de la guerra civil y del genocidio que duró 36 años. Lo que ocurrió de 1960 hasta 1996 en Guatemala se encajó en la historia del país pero, más importantemente, en la memoria de los mayas. Esta masacre contra la humanidad exterminó a 200 000 personas de esta minoría, pero también les empoderó para seguir adelante y les fortaleció para establecer su identidad una vez por todas en la sociedad que les está rechazando y marginalizando (junto con sus idiomas) desde el tiempo colonial.

 

 

Esta reivindicación de su reconocimiento como entes con lenguas y culturas pertinentes a la nación guatemalteca y el deseo de mantenerlas y revitalizarlas después del atraso se despertó con los movimientos mayas, llamados también movimientos pan-maya. Los movimientos mayas surgieron después que el  Acuerdo de Paz en 1996 fue firmado y desde aquel entonces, el pueblo luchó para abolir la homogenización y la opresión lingüística que tenía lugar aún antes de la guerra civil. Por ejemplo, durante el tiempo de la presidencia de Carlos Castillo Armas (1970-1980), cuando los hombres fueron obligados a prestar servicio militar y les quitaron el derecho a los mayas de hablar el kaqchikel como auto regularización directamente en el hablante. Asimismo, a lo largo de la dictadura del presidente Lucas (1978-1982), él impuso a todo maya para asistir a clases de español si no creía que ellos estaban asociados con los guerrilleros: “Nos obligaron a dejar nuestro idioma y nuestras costumbres, decían que todo hombre que hablaría en lengua (maya) era guerrillero, nos hicieron avergonzarnos de nuestras raíces para poder sobrevivir”[2].Por lo tanto, los mayas han estado sintiendo una amenaza a su lengua y cultura desde el inicio del tiempo y el surgimiento de los movimientos mayas son símbolos de su resistencia y de su continuidad cultural; lo que dio pie al mantenimiento y a la esperanza que tienen hoy por un cambio social y  político de sus idiomas dentro de un estado plurinacional.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

[1] Cuadrado. Carmen. “Guatemala: Ser pobre es malo, pero ser indio es mucho peor”. El diario fénix©,  27 de febrero 2012. Fecha de consulta: 13 de diciembre 2014. Disponible en: <http://www.eldiariofenix.com/content/guatemala-ser-pobre-es-malo-pero-ser-indio-es-mucho-peor>

 

 

[2]French, Brigittine M. Maya ethnolinguistic identity: violence, cultural rights, and modernity in highland Guatemala. The University of Arizona Press © 2010. p.29. (testigo de Huista, Huehuetenando, CEH 1999:27)

bottom of page